El cinco de mayo de 2010 los estudiantes de la UPTC en carreras presenciales y el ocho en las carreras a distancia, tendremos la oportunidad de votar por un nuevo representante al Consejo superior, quien sea electo será el sucesor de Carlos Andrés Amaya, quien tras un proceso de reelección se mantuvo en el cargo durante cuatro años y hoy ha sido elegido como Representante por el partido verde a la Cámara por Boyacá.
Bastantes críticas al interior de la UPTC, respecto a la elección de Amaya a la Cámara suscitaron un revuelo de enfrentamientos entre diferentes sectores tanto partidarios como opositores, pero también un agregado numeroso de estudiantes que sin estar en un bando o en el otro están a favor de ciertas posiciones de cada uno de los enfrentados.
Así, dividido el estudiantado, la Uptc emprende unas elecciones reñidas, pudiendo catalogar como análoga la contienda por la presidencia de la república, pues hasta el momento se ventilan dos como mejores posibles candidatos al consejo superior: El primero hace parte del proceso precedente y el segundo toma las riendas de un proyecto independiente que pretende consolidarse como una alternativa de representación colectiva ante el consejo superior universitario.
El nuevo representante debe llevar las riendas de la unidad y el acompañamiento de más de 24.000 estudiantes que hoy hacemos parte de la UPTC.
En mi concepto es necesaria una democratización de las decisiones universitarias, es decir, debe darse apertura a espacios de afianzamiento y de debate sobre las nuevas posturas tendientes al mejoramiento de la universidad y que exista en realidad un control por parte de la comunidad académica.
La proyección de la investigación debe ser baluarte de iniciativas académicas y sobretodo del fortalecimiento del objeto social de la universidad, comprometido con el desarrollo de Boyacá y de su gente.
Sin duda alguna, el nuevo liderazgo estudiantil tiene un gran desafío: reivindicar la posición de la representación y sobretodo llevar las riendas de la autonomía universitaria, no sólo como el precepto normativo que encaja a los entes universitarios en su naturaleza jurídica, sino también rechazando que sean los sectores externos quienes a través de la representación tracen el sendero del Alma Mater, pues es importante resaltar que la UPTC como universidad pública del departamento tiene un compromiso no sólo con el estudiantado sino también con la sociedad boyacense que pone en sus manos el futuro de sus hijos por ser una institución formadora de profesionales capacitados.
Viendo así las cosas, el nuevo representante debe ser una persona independiente, conocedora de la realidad tanto interna como externa de la Universidad, y que más que un líder estudiantil sea un veedor de los recursos públicos, que de pie a la comunidad para conocer las decisiones del consejo superior, por ser nosotros, el conglomerado de estudiantes, la fuerza legítima que debe conocer sobre la administración de nuestra querida UPTC.
Por eso hoy, invito a los estudiantes tanto de carreras a distancia como presenciales, a que “repensemos” la universidad, seamos críticos en esta nueva elección y pongamos esta posición en la balanza: una representación precedente o una nueva como alternativa de autonomía.
Una persona “sola”, pero con todo el estudiantado, ¡esa sería mi elección!
lunes, 3 de mayo de 2010
EL FENOMENO MOCKUS Y LAS JUVENTUDES VERDES
No puedo decir que me desagrada la alianza de Mockus y Fajardo, creo que es un paso importante en la búsqueda por consolidar el centro como alternativa política y sobretodo como meta loable para una futura Presidencia de la República.
Reconozco totalmente la labor de estos exalcaldes, sin duda sus gobiernos fueron muestra de transparencia y respeto. Aplaudo la actitud de Sergio Fajardo, pues al parecer el contexto de la “lógica y la coherencia” iba más allá del espectro ofrecido por movimiento ciudadano; una gran estrategia en su intento por salvaguardar su imagen y poder de alguna forma llegar al gobierno nacional.
Lo interesante de ésta alianza de matemáticos es la captación de una mayoría de juventudes muy amplia e incluyente, porque recibe tanto a uribistas como opositores y esto refleja un grado de aceptación bastante fuerte: el centro capta la atención de toda Colombia.
Lo atractivo de Mockus, no es en sí su plan de gobierno, ni lo que busca respecto a seguridad, empleo, salud, educación, etc. pues en realidad no ha consolidado un proyecto en su discurso, que al parecer cada vez más tiende al neoliberalismo uribista que tantos critican.
Entonces seamos sinceros, nos gusta Mockus porque es honesto, nada más. Claro y es entendible no es lo mismo que el DAS me chuce el teléfono a que llegue otro que no lo haga, no es lo mismo que existan zonas francas a favor del gobierno porque de seguro Mockus no aceptará ninguna, no es lo mismo que la problemática de las universidades públicas se acentúe porque Mockus defiende la educación, sí, no es lo mismo.
El verde se puso de moda, ¡todos queremos ser verdes!, no lo dudo yo quiero ser verde. Pero ¿hasta dónde llega el imaginario colectivo del partido? ¿Son sus líderes verdaderos representantes de la protección ambiental? Esta es una crisis de imagen, se consolida un grupo político en torno a un color y a un dirigente.
Las juventudes verdes representadas ahora por Carlos Andrés Amaya, están siendo permeadas por personas que vienen tanto del partido liberal como del partido de la U, eso refleja una declinación de partido, sobretodo del liberal porque una de las colectividades más antiguas pierde su base juvenil y por demás sus futuros líderes en Colombia.
Sinceramente creo que esto ha sido una campaña atractiva, estoy segura de que los abstencionistas se unirán a los Mockusistas. En lo que a mí respecta me gustaría muchísimo ser verde, siempre y cuando como joven y como líder esté segura de lo que en realidad significa serlo.
Lo bonito de los verdes es que crean concepción de cultura ciudadana, pero hasta ahora no diviso nada referente a una escuela política, donde yo como joven sepa lo que realmente estoy votando.
Hasta el momento, parecemos un cuento de hadas y espero que no nos pase lo de los príncipes: Todos vienen de un anfibio verde, pero siempre y muy por siempre todos tienen sangre azul.
Reconozco totalmente la labor de estos exalcaldes, sin duda sus gobiernos fueron muestra de transparencia y respeto. Aplaudo la actitud de Sergio Fajardo, pues al parecer el contexto de la “lógica y la coherencia” iba más allá del espectro ofrecido por movimiento ciudadano; una gran estrategia en su intento por salvaguardar su imagen y poder de alguna forma llegar al gobierno nacional.
Lo interesante de ésta alianza de matemáticos es la captación de una mayoría de juventudes muy amplia e incluyente, porque recibe tanto a uribistas como opositores y esto refleja un grado de aceptación bastante fuerte: el centro capta la atención de toda Colombia.
Lo atractivo de Mockus, no es en sí su plan de gobierno, ni lo que busca respecto a seguridad, empleo, salud, educación, etc. pues en realidad no ha consolidado un proyecto en su discurso, que al parecer cada vez más tiende al neoliberalismo uribista que tantos critican.
Entonces seamos sinceros, nos gusta Mockus porque es honesto, nada más. Claro y es entendible no es lo mismo que el DAS me chuce el teléfono a que llegue otro que no lo haga, no es lo mismo que existan zonas francas a favor del gobierno porque de seguro Mockus no aceptará ninguna, no es lo mismo que la problemática de las universidades públicas se acentúe porque Mockus defiende la educación, sí, no es lo mismo.
El verde se puso de moda, ¡todos queremos ser verdes!, no lo dudo yo quiero ser verde. Pero ¿hasta dónde llega el imaginario colectivo del partido? ¿Son sus líderes verdaderos representantes de la protección ambiental? Esta es una crisis de imagen, se consolida un grupo político en torno a un color y a un dirigente.
Las juventudes verdes representadas ahora por Carlos Andrés Amaya, están siendo permeadas por personas que vienen tanto del partido liberal como del partido de la U, eso refleja una declinación de partido, sobretodo del liberal porque una de las colectividades más antiguas pierde su base juvenil y por demás sus futuros líderes en Colombia.
Sinceramente creo que esto ha sido una campaña atractiva, estoy segura de que los abstencionistas se unirán a los Mockusistas. En lo que a mí respecta me gustaría muchísimo ser verde, siempre y cuando como joven y como líder esté segura de lo que en realidad significa serlo.
Lo bonito de los verdes es que crean concepción de cultura ciudadana, pero hasta ahora no diviso nada referente a una escuela política, donde yo como joven sepa lo que realmente estoy votando.
Hasta el momento, parecemos un cuento de hadas y espero que no nos pase lo de los príncipes: Todos vienen de un anfibio verde, pero siempre y muy por siempre todos tienen sangre azul.
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