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sábado, 17 de julio de 2010

Abuela

Y es su monólogo porque no tendrá respuesta,
y parece esperarla, parece quererla…
parece enloquecer y verla al horizonte,
bajo la sombra que siempre recuerda
abrazada a la ruana su fiel compañera…

Y aún a sabiendas de lo impenetrable, de lo desconocido y
ficticio ella la espera....
Y son cuatro meses sin poder tenerla,
y sueña tan sólo con volver a verla....

Se sienta tranquila sobre el pavimento
Y recuerda muy buenos momentos….
Como si su imagen de pronto volviera
Y frente a ella la anciana estuviera.

Primero se asombra ya luego la observa
Le mira el vacío de una imagen muerta
Y en sus manos ya quedan rezagos
de mil y una espinas, de llagas desiertas…

su rostro empapado con lagrimas secas
su poca abundancia en su cabellera,
su pelo es muy blanco más de lo que era
y así la siente tan sabia, tan hermosa, tan ella…

la niña se asusta sin dejar de verla
se acerca de pronto y a sus ojos llega
la luz de esperanza, el tiritar de una estrella
y no puede evitarlo se lanza sobre ella

sus lágrimas rebotan, su cuerpo se altera
intenta cogerla pero ella está muerta
bajo la impotencia tan sólo repite
¡abuela estás viva, abuela despierta!

Parece la anciana sonreír al verla
Y le fija sus ojos con suave faena
Tan sólo le dice: tranquila pequeña,
Aquí estoy contigo como la vez primera.

Recuerdas el día que triste llegaste
Porque alguien te dijo que algún día
¿La muerte llegaría queriendo tocarte?
Y fue mi respuesta tan vaga, tan simple
“Con un si mi vida… la muerte es constante”

No tengas miedo por sentirme cerca
Soy yo como siempre, esa tierna abuela
Que ahora te acompaña de otras mil maneras

Voy de tu mano apretando fuerte
Siguiendo el sendero que tus pasos llevan
Soy tu corazón que latiendo avanza
Y soy en tu alma la luz de esperanza

Pero, ¿como es posible abuela?
¿Cómo es posible que camines conmigo
Estando tu muerta?

Quizás no me veas, incluso algún día
Olvidarás mi morada… pero cada vez que lo quieras
Tu abuela te aguarda, y ahí estará a tu espera…

Abre ya los ojos, y mira la alberca
Fíjate en el agua, en su pura esencia
Así cristalina me tendrás cuando quieras

La niña sonríe, la mira
y luego la abraza y le dice: abuela
sigue descansando y aguarda mi espera.

jueves, 15 de julio de 2010

Ya puedo estar muerto

En sus ojos veo la fatal angustia
La resignación y el creerse muerto….
Parece que los pasos de los muchos otros
Pisotean su alma, su pequeño cuerpo.

Fallido el instante que llegó a este mundo,
Marcado por el cruel olvido
De la injusta vida y de su propia madre
De la que hoy no guarda recuerdos.

Pequeño sentado tan sólo pidiendo
Con voz silenciosa al que lo está viendo…
Parece yerto con esa postura
De niño muy sucio y de ángel muerto

Para sí pregunta si es justo ese lecho
Si nació tan sólo para abrigar su cuerpo
Con un frágil cartón y sus tontas manos,
Esas que de pronto, tocan sin estar sintiendo…

Mira la lluvia caer en su aposento
Y creen que este mundo es el fiel reflejo
Del alma lúgubre, que a su edad ansía
El querer ser eterno…

Y pasan muchos otros, y el niño ya ruega
Que volteen a verlo… y sí, ¡si lo hicieron!
Perplejo los mira, sonríe y dice:
Ya puedo estar muerto.

Fidelidad

Vaguedad del instante que penetra en mi cuerpo
Esa gran angustia de sentirse muerta
Ese corazón que ha sufrido como nadie ha hecho
Y que hoy ruega piedad y consuelo.

No lloro tan sólo porque ya no puedo
Y en el alma siento que me estoy muriendo,
Cuando tú de pronto me miras sin centelleo,
Sin esa mirada de hace algún tiempo.

Y siento que muero, sé que te pierdo
En cada momento que en tus ojos veo
El brillo por otra,
por esa mujer que te quita el sueño

Y yo ya la he visto,
mi fiel compañero
Fiel ya no por serlo,
Sino porque así lo quiero.

Mientras tanto…

Compañero,
Soñador que arrebatas en tus labios
el furor de la esperanza,
parecieras gritar sin más ansia
que penetrar en el alma…

A veces perplejo, a veces de impulso,
Y a veces dormido sueñas su regreso…

¿Podrá volver algún día?
¿Querrá regresar a tu lecho?
Yo llena de angustia espero ese tiempo.

Mientras tanto seamos compañeros de lucha,
Compañeros de cuerpo.

Bajo la luna

Recreo tu recuerdo como si la noche
te dibujara en mil formas…
a veces la luna me cuenta secretos,
de un hombre que ansía volver a este lecho…
y yo, que cierro mis ojos
parezco morir al soñar diciendo:
ven, aquí te espero.