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jueves, 15 de abril de 2010

YO SÍ APOYO A LA NEGRA

Después de las liberaciones del Sargento Moncayo y del soldado Calvo la opinión sobre Piedad Córdoba vuelve a ponerse sobre la mesa. Muchos como siempre la tildaron de ‘guerrillera novia de Chávez’ e incluso ‘la Comandante Generala de las FARC’.

Pues yo me paro de frente y les digo: NO ES JUSTO. No es justo que una mujer que sacrifica hasta su vida personal y familiar esté bajo esos calificativos y el más severo castigo por parte de la ciudadanía.

El año pasado en el debate sobre moción de censura realizado en el Congreso de la República contra el ministro de agricultura Andrés Fernández, esta mujer ya desesperada, rogaba al gobierno para que no especulara más de su vida en los medios de comunicación y consecuente con ello le brindara la protección necesaria, que en lo referente a seguridad el gobierno conoce muy bien. A tal grado ha llegado la imagen desfavorable de la senadora que en el edificio donde reside le han pedido que se vaya porque sin duda es un “peligro para el país entero”.

Digo con firmeza ante quien sea que es ésta mujer quien de verdad cumple su papel de representación y salvaguarda de la patria. Y a pesar de su crítica porque en alguna de las liberaciones utilizó la boina de las FARC y que ella aceptara ese como su peor error, yo digo: ¡cómo no hacerlo! Si frente a una liberación y en torno a personas armadas, debía mostrarse complaciente no porque quisiera sino por cumplir esa labor humanitaria.

En el centro de la discusión siempre va a estar Piedad Córdoba. Por un lado, el gobierno nacional afirmando que la ‘subversión moral’ es el peor peligro para la Nación; del otro bando está las FARC, que encuentra en la entrega unilateral de secuestrados mejorar su imagen ante la comunidad internacional; en otra de las esquinas están los medios, que en torno a la senadora siempre han propendido por una burla soez y amarillista; y, por último, nos encontramos nosotros, la opinión pública, persuadida por los actores mencionados.

Pero sin temor alguno si de ser subversiva moral se trata, si, yo si lo haría. Y me alzaría moralmente ante escándalos tan atroces y descarados como aquellos referidos a las políticas agrarias, y lo haría como boyacense orgullosa de mi tierra al comprender que sin duda esas instituciones no han propendido por la protección del campesinado, sino que al parecer cada vez más se van en contra de ellos, haciendo de sus subsidios un proteccionismo miserable. Sería imposible entonces sugerirle al honorable senador Pedraza y demás congresistas de coalición de gobierno que se pronuncien al respecto, porque sin duda alguna el apoyo a dichas iniciativas significa “Buen camino”.

Las FARC, son terroristas que por años han atemorizado al país entero y ya de alguna forma han logrado su cometido de mejorar la imagen ante la crítica internacional, pues Chávez incluso construyó una estatua en honor al “compañero Tirofijo”, actuación despreciable por parte del mandatario que desconoce tajantemente la irregularidad de esa organización.

Y ¿dónde estamos nosotros? Nos encontramos confundidos en medio de tanta hostilidad y desprecio, nos mostramos como ‘los buenos’ al insultar y humillar a Piedad Córdoba, no sólo en su actividad política sino en su condición de mujer y de su raza.

Y gústeles o no a todos aquellos dignos de respeto y ‘alabanza’, es ella quien sin duda representa esperanza de paz y libertad para Colombia, es esa mujer orgullosamente negra quien ha sacrificado todo por brindarnos un respiro y devolverle la tranquilidad a las familias que por años y hasta décadas han esperado el regreso de sus hijos.

Son cuatro boyacenses anhelando esa misma oportunidad: el General Mendieta, el Mayor Donato Gómez, el Intendente Hernando Peña y el Sargento Arturo Arcia, y todos en el 2010 cumplen once años de secuestro, alejados de su familia y de Colombia, de nosotros que lloramos tan sólo un día, que nos mostramos indolentes ante la realidad de estos Boyacenses.

Seguiremos esperando, imaginando su regreso y con la fe puesta en que el presidente llegue a un acuerdo sensato con los líderes de las FARC, donde sin duda alguna Piedad Córdoba será hoy y siempre la garante de ese proceso.

Por esto y mucho más, ¡Yo sí apoyo a la negra!

viernes, 2 de abril de 2010

ALIANZA PARA LA PRIMERA VUELTA

Demasiado se ha especulado respecto a los candidatos de centro y los de izquierda. Muchos temen que no llegue ninguno a segunda vuelta y que por demás la coalición de gobierno se dispute la próxima presidencia en Colombia.

Sin embargo, en un momento coyuntural donde la sociedad exige un cambio no tan radical pero sin querer del todo lo mismo, ¿vale entonces enfrentarse por una lucha “ideológica” que en pleno inicio del siglo XXI para Colombia carece de sentido?

Candidatos como Fajardo desatienden a una alianza partidista en la primera vuelta, por ser una propuesta incoherente con quienes tuvieron a bien firmar a su favor como candidato independiente a la presidencia de la República. Lo que es difícil de entender para Fajardo, es que indiscutiblemente una cosa es la firma y otra la intención de voto de los ciudadanos, no es lo mismo simpatía que electores, menos aún después de una derrota magnánima en las elecciones parlamentarias.

A Pardo lo que menos le importa ahora es el sectarismo liberal. Ha propuesto la inclusión de varios colores diferentes al rojo, para todos aquellos que se sienten ‘liberales y pacifistas’. Es entendible, Pardo intenta salvaguardar la imagen de un partido tradicional por excelencia. No es fácil como candidato y presidente de la colectividad que un partido de 200 años de historia esté en decadencia y sobretodo es tal su temor, que ha llegado al punto de cambiar la tradicional frase “liberal vota liberal”, donde el pañuelo rojo ya no será la imagen defensora de lo social.

Mockus, que decir de él. Un maestro fiel defensor del civismo y la transparencia. ¡Un educador Presidente! La gran hazaña de los griegos y el mejor de los gobiernos. Una utopía casi realizable, una promesa loable viendo los últimos resultados. “La gente vota por el que gane” para no perder su tarjetón, y en medio de esta gran crisis, donde nos sumergimos ya no en lo carismático ni en el caudillismo de hace 20 años, es posible que un candidato de centro logre ganar la presidencia.

Petro en su momento propuso esa alianza quíntuple que los llevara al poder, algo poco usual en las personas de izquierda, que creyendo leer demasiado saben lucir su gran prepotencia. Sin embargo, haciendo caso omiso al tradicional egocentrismo de la izquierda colombiana, Petro ha sido una imagen renovadora dentro de su partido. Muchos analistas le han calificado como el mejor de los candidatos, pero los analistas son pocos en relación al censo electoral de Colombia. Lamentablemente, nuestro país no está preparado para un candidato de centro- izquierda, menos aún con un pasado que para el momento actual es sin duda el peor peligro para la opinión pública.

Una alianza entre Pardo, Petro, Fajardo y Mockus puede hacer contrapeso en la primera vuelta. Pardo es ahora presidente de un partido multicolor. Petro logró su votación en la consulta en su mayoría por personas que no pertenecemos a ese partido; sin duda el mejor candidato, pero debemos ser consecuentes con los cambios que deben darse. Fajardo con su coherencia y su lógica ahora más coherente pero no tan lógica, debería pensar que sus 500.000 firmas no lo apoyaron en las elecciones de marzo, coherente él pero no los firmantes. Y Mockus, acaba de ganar una consulta, es una imagen renovada del centro un personaje atractivo incluso para los abstencionistas
Una estrategia tentativa, una meta pluripartidista que ponga como pilar principal de un gobierno a la educación y a la seguridad integral de la ciudadanía. No queda más que una gran encuesta, no de las de ahora donde el tamaño de la muestra es un poco más de mil personas. No es un número de población suficiente para determinar el propósito del censo electoral. Sin embargo, los medios de comunicación si tienen la cobertura que a las encuestas les falta.

Y en este momento de ambigüedad y desconcierto, de terror y seguridad, de odio y agradecimiento, el único propósito factible para un próximo gobierno es la reelección, la reelección de la seguridad democrática.

Ojala, los cuatro candidatos mencionados pongan esta propuesta sobre la mesa. No hay ideología que respetarse, ni siquiera el partido liberal, que a pesar de su tradición no ha propendido por el respeto de sus principios, cosa en la que el Polo si ha sabido salvarse.

El partido verde, liderado por cuatro personalidades poco conocedoras de la problemática ambiental a nivel macro, o preguntémosle entonces a Londoño o a los diputados del Verde, cuanto conocen y que han hecho para proteger el ambiente. Y de Fajardo, ni hablar, un partido nada diferente a los otros: más transparencia, menos corrupción, el partido conservador dice lo mismo.

Tan sólo queda la esperanza, la esperanza de un gobierno en que lo social emprendido desde la educación y la salud estén primero, donde el futuro no se enmarque en un fusil sino en el progreso, donde la intención de un gobierno sea la creación de empleo y no un proteccionismo miserable. Cuatro candidatos, propuestas afines: ¡Barajen entonces!