Compañero,
Soñador que arrebatas en tus labios
el furor de la esperanza,
parecieras gritar sin más ansia
que penetrar en el alma…
A veces perplejo, a veces de impulso,
Y a veces dormido sueñas su regreso…
¿Podrá volver algún día?
¿Querrá regresar a tu lecho?
Yo llena de angustia espero ese tiempo.
Mientras tanto seamos compañeros de lucha,
Compañeros de cuerpo.
jueves, 15 de julio de 2010
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