Una vez, algún contacto me escribió cuán importante era pensar y mencionó por demás su sentimiento lastimero por el tamaño de mi mente. Yo sin querer ofenderlo ni mucho menos irrespetarlo, contesté simplemente “Gracias”, gracias por lo mucho o poco que dijo porque definitivamente tenía razón, debía pensar más pero no entendí lo del tamaño, no creo que cambie.
El tamaño de mi mente o la magnanimidad de lo que quiero, quizás a eso se refería, incitándome sin duda alguna a crear posiciones más amables y menos conflictivas.
Muchos se preocupan por lo que escribo, por lo que pienso. Más sin embargo yo vivo tranquila, porque en este mundo que parecen dos, pertenezco al más sensato, al real que más allá del enlace cibernético día a día avanza, continúa un rumbo que debo seguir, que deseo continuar.
Allá, en el mundo real, donde las barreras de la expresión verdaderamente existen, donde cada cual se desliga de lo mucho o poco que tiene, de la sobriedad de lo que piensa para intentar sobrevivir en la crudeza, en lo bueno de lo malo, en el epicentro cotidiano.
Allá donde soy yo, aquí donde eres tú….no soy más que simples letras, que se esfuman que se elevan…conocerme desde fuera, conocerme realmente, conocerme sin barreras, sin más tapujos que la propia “mente”.
No soy diferente a cada joven que sin querer despierta observando una realidad que jamás soñó, que jamás quiso…pero aquí estamos, miles de almas deambulando por el espacio que creen suyo, pero muy pocos se dan cuenta que es el reflejo simple del mundo, del mundo utópico que inconscientemente deseamos crear.
martes, 10 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario